En el cielo, en lo más alto del cielo, vive una hermosa dama…
Muy alta, de piel tan resplandeciente como la luz… De pelo muy largo y muy claro que se mueve con los vientos que juegan con él…
Ella está siempre recostada en una nube, volando y pensando en su gran amor:
- ¿Dónde estará mi caballero? ¿Cuándo vendrá a verme?
Mientras piensa en su amado se le caen muchas y muchas lágrimas…
Esas lágrimas escurren por su bello rostro, por sus mejillas, por su cuello, entran por el escote de su espectral vestido de color azul, y allí en su vestido se van acumulando y acumulando…
Ella espera, espera y espera por su amado… Él es un hermoso caballero que vuela con el viento y nunca puede pasar mucho tiempo con su amada, pues debe guardar todos los rincones del cielo verificando si el Sol, la Luna, las Estrellas y los demás astros están en sus sitios… Por eso el hermoso caballero nunca está en el mismo lugar…
Y su dama lo espera y espera… Llora y llora…
Pero, cuando siente en su lloroso rostro el suave beso del viento que le avisa de la llegada de su amor… pronto se levanta… Y se pone muy ansiosa…
- ¿Dónde está? Quiero verlo… - piensa…
Los vientos están cada vez más fuertes…
Allí, después de unas nubes, se puede ver al hermoso caballero en un gran carro luminoso tirado por enormes caballos dorados que hacen un ruido tremendo con su galope…
Finalmente se encuentran… ¡Cuánta alegría!... Con un fuerte abrazo se saludan… y de tanto placer empiezan a bailar y bailar… La hermosa dama baila divinamente…
Los dos ruedan y ruedan y ruedan…
Las lágrimas que se acumularon en la vestimenta de la bella dama empiezan, entonces, a caer sobre la Tierra… y cuanto más bailan más lágrimas caen… Y se trata de un agua bendita… Que irriga los campos, les da nueva vida a los ríos y lagos… La tierra resequida puede beber y saciar su gran sed…
Ah, ¡cómo bailan!
Los humanos llaman esa agua que cae del cielo ‘lluvia’…
De cuando en cuando la divina pareja se junta las manos dando palmas las cuales echan rayos de luz… Los humanos llaman esa luz ‘relámpagos’ y el ruido que oyen lo llaman ‘trueno’…
Y sigue el baile en el cielo… y, claro, la lluvia sobre la Tierra…
Los vientos cada vez más fuertes anuncian que los amantes deben cesar el baile… Los grandes caballos, inquietos como siempre, empiezan a llamar a su amo, él tiene que irse… La hermosa dama tiene que esperar el regreso de su amado caballero que se despide de ella con besos y dulces palabras... Y se va finalmente… Deja detrás de si un rastro luminoso de múltiples colores al que los humanos llaman ‘arco-iris’…
El baile se acaba, la lluvia cesa…
Ella, ahora sola, se recuesta en una nube y empieza de nuevo a soñar con el regreso de su amor… Y de nuevo se le caen las lágrimas que se van acumulando en su bello vestido azul…
¿Cuándo volverá el caballero celeste?
Nunca se sabe…
Y en la Tierra, los hombres siguen con sus cosas esperando por la próxima lluvia, pero sin saber del gran baile que se dio sobre sus cabezas en el cielo, en lo más alto del cielo…
FIN... ¿FIN?
Tanyno M. Martínez
